¿Qué puede escribir alguien sobre Michael Jackson que no se haya escrito ya? Probablemente nada, aunque el mero hecho de intentar recordarle en un día como el de hoy por lo que le hizo grande -su talento excepcional como artista- y no por los escándalos que saltan semanalmente a los tabloides puede ser un buen principio.
El 29 de agosto de 1958 nacía en Gary Indiana una estrella cuya misión iba a ser acercar el Rythm & Blues a los blancos y hacer que lo consumieran y asumieran como propio. El resto hasta su carrera en solitario es conocido por todos: un padre autoritario consigue hacer una banda histórica con sus hijos (Los Jackson's Five) y que abanderen la época dorada de la Motown a base de soul y R&B de una calidad impropia para sus edades.
A finales de los setenta, con los J5 a punto de estallar por guerras de egos internas, Jackson saltó del barco de forma prácticamente definitiva y, junto al productor Quincy Jones, creó su primer gran álbum en solitario: Off the Wall (1979). Vendió un buen puñado de discos, se hizo rey de pista en las discotecas de los incipientes años ochenta y preparó el mercado para lo que aún estaba por llegar.
A finales de 1982 presentó al mundo la obra por la que será siempre recordado: Thriller. Un disco producido también por Quincy Jones que, hoy en día sigue siendo, con muchísima diferencia, el disco más vendido de la historia con la friolera de 60 millones de discos "oficialmente" vendidos (existen datos que indican que llevaba distribuidas en 2007 más de 104 millones, pero no hay ningún censo oficial mundial de ventas que lo confirme). Fue 27 veces platino en Estados Unidos; consiguió discos de platino o diamantes en dieciséis países, entre ellos Gran Bretaña y Japón, y en febrero de 1984 recibió 8 premios Grammy.
Por aquel entonces, los grandes de la música hacían cola por hacer duetos con él. Hizo tres canciones con Paul McCartney ("Say, say say", "The Man" y "The girl is mine"), con quien se enfrentó poco después de por vida al comprar en solitario los derechos de los Beatles y dejar al ex del mítico grupo de Liverpool fuera de la tarta de beneficios que, todavía hoy, sigue siendo muy grande.
Freddie Mercury, Diana Ross, Mick Jagger o Stevie Wonder también han cantado con él. Y es que a Jackson siempre le gustó rodearse de los grandes. Martin Scorsese, Coppola, John Landis o Spielberg son algunos de los directores más famosos que han trabajado con él haciendo videoclips, esos pequeños cortos que tanto popularizó en los 80 y con los que abrió las puertas a artistas negros en la por aquel entonces "blanquísima" MTV.
Después sacó Bad (1987), hizo la mejor gira de la historia -el Bad Tour de 1988- y decidió romper con Quincy Jones para surcar nuevos universos musicales y experimentar. Sacó su película (Moonwalker, con escaso éxito de crítica ya que estaba destinada principalmente a sus fans más acérrimos) y tras un breve descanso se puso manos a la obra con Dangerous (1991) su último gran disco con permiso de HIStory I (1995).
A partir de ahí, los juicios donde se le acusaba de pederastia (el primero en 1993 y el último en 2005), las supuestas operaciones para modificar su faz y blanquear su piel, sus presuntas bancarrotas, sus apariciones en silla de rueda, con mascarilla, muy delgado, con peluca, poniendo en riesgo la vida de un bebé en un balcón... de todo, menos música para desgracia de los amantes de su arte.
En 2001 sacó el último disco de estudio (Invincible) que vendió 8 millones de copias (una cifra estupenda para Madonna, U2 y otros cantantes, pero no para alguien que no sabía lo que era vender menos de 20 millones de discos en los últimos 30 años). Peleas con Tommy Mottola (ex presidente de Sony), más juicios y, a día de hoy sólo sabemos que vive habitualmente en Las Vegas tras abandonar su ultrajado rancho Neverland.
Graba canciones para su próximo disco que -¿quién sabe?- puede ser el definitivo para su vuelta o para su ocaso. En el estudio ha estado con Will I Am, de Black Eyed Peas y con varios productores de moda de la escena estadounidense. No obstante, cabría preguntarse si estos tienen el talento necesario para trabajar con un genio de su talla porque, por mucha basura que le hayan echado encima, no lo olviden, hoy cumple medio siglo el mayor genio de la música contemporánea.
JAVIER PADILLA SEVILLA ABC de Sevilla
El 29 de agosto de 1958 nacía en Gary Indiana una estrella cuya misión iba a ser acercar el Rythm & Blues a los blancos y hacer que lo consumieran y asumieran como propio. El resto hasta su carrera en solitario es conocido por todos: un padre autoritario consigue hacer una banda histórica con sus hijos (Los Jackson's Five) y que abanderen la época dorada de la Motown a base de soul y R&B de una calidad impropia para sus edades.
A finales de los setenta, con los J5 a punto de estallar por guerras de egos internas, Jackson saltó del barco de forma prácticamente definitiva y, junto al productor Quincy Jones, creó su primer gran álbum en solitario: Off the Wall (1979). Vendió un buen puñado de discos, se hizo rey de pista en las discotecas de los incipientes años ochenta y preparó el mercado para lo que aún estaba por llegar.
A finales de 1982 presentó al mundo la obra por la que será siempre recordado: Thriller. Un disco producido también por Quincy Jones que, hoy en día sigue siendo, con muchísima diferencia, el disco más vendido de la historia con la friolera de 60 millones de discos "oficialmente" vendidos (existen datos que indican que llevaba distribuidas en 2007 más de 104 millones, pero no hay ningún censo oficial mundial de ventas que lo confirme). Fue 27 veces platino en Estados Unidos; consiguió discos de platino o diamantes en dieciséis países, entre ellos Gran Bretaña y Japón, y en febrero de 1984 recibió 8 premios Grammy.
Por aquel entonces, los grandes de la música hacían cola por hacer duetos con él. Hizo tres canciones con Paul McCartney ("Say, say say", "The Man" y "The girl is mine"), con quien se enfrentó poco después de por vida al comprar en solitario los derechos de los Beatles y dejar al ex del mítico grupo de Liverpool fuera de la tarta de beneficios que, todavía hoy, sigue siendo muy grande.
Freddie Mercury, Diana Ross, Mick Jagger o Stevie Wonder también han cantado con él. Y es que a Jackson siempre le gustó rodearse de los grandes. Martin Scorsese, Coppola, John Landis o Spielberg son algunos de los directores más famosos que han trabajado con él haciendo videoclips, esos pequeños cortos que tanto popularizó en los 80 y con los que abrió las puertas a artistas negros en la por aquel entonces "blanquísima" MTV.
Después sacó Bad (1987), hizo la mejor gira de la historia -el Bad Tour de 1988- y decidió romper con Quincy Jones para surcar nuevos universos musicales y experimentar. Sacó su película (Moonwalker, con escaso éxito de crítica ya que estaba destinada principalmente a sus fans más acérrimos) y tras un breve descanso se puso manos a la obra con Dangerous (1991) su último gran disco con permiso de HIStory I (1995).
A partir de ahí, los juicios donde se le acusaba de pederastia (el primero en 1993 y el último en 2005), las supuestas operaciones para modificar su faz y blanquear su piel, sus presuntas bancarrotas, sus apariciones en silla de rueda, con mascarilla, muy delgado, con peluca, poniendo en riesgo la vida de un bebé en un balcón... de todo, menos música para desgracia de los amantes de su arte.
En 2001 sacó el último disco de estudio (Invincible) que vendió 8 millones de copias (una cifra estupenda para Madonna, U2 y otros cantantes, pero no para alguien que no sabía lo que era vender menos de 20 millones de discos en los últimos 30 años). Peleas con Tommy Mottola (ex presidente de Sony), más juicios y, a día de hoy sólo sabemos que vive habitualmente en Las Vegas tras abandonar su ultrajado rancho Neverland.
Graba canciones para su próximo disco que -¿quién sabe?- puede ser el definitivo para su vuelta o para su ocaso. En el estudio ha estado con Will I Am, de Black Eyed Peas y con varios productores de moda de la escena estadounidense. No obstante, cabría preguntarse si estos tienen el talento necesario para trabajar con un genio de su talla porque, por mucha basura que le hayan echado encima, no lo olviden, hoy cumple medio siglo el mayor genio de la música contemporánea.
JAVIER PADILLA SEVILLA ABC de Sevilla
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